Colo-Colo bajó su Estrella 14
Colo-Colo se coronó como la escuadra campeona de la Primera División Femenina 2022 tras derrotar, por la cuenta mínima, a su clásico rival, Universidad de Chile. La rama femenina alba no lograba el máximo cetro desde el año 2017, cuando derrotó a Palestino por 4-2, y volvió a darle una alegría a su enorme y fiel hinchada tras cinco años de sequía.
Escrito por Rodrigo Molina (@Rodmol7).
Fue una final típica, jugada con dientes apretados y con más corazón que buen fútbol. Un partido estrecho, de fuerzas parejas, que se iba a decidir o por un acierto o por un error. La que iba a tener la sangre más fría ganaría el partido, y Colo-Colo gozó de la virtud de la paciencia para adueñarse del trono del Fútbol Femenino Chileno tras cinco años sin logros.
Comenzó bien la U al iniciarse el partido, atacando por el costado izquierdo de la defensa alba, aprovechando la velocidad de Daniela Zamora, quien desbordó un par de veces y lanzó centros peligrosos, uno a los 4', al segundo palo, que fue empalmado por Llanka Groff en forma imperfecta, y un centro atrás, a los 5', que fue conectado por Rebeca Fernández, que le dió recto a las manos de Canales. Parecía que las leonas iban a realizar su tradicional juego de ataque desde las bandas hacia el centro, pero las defensas albas comenzarían a acentuar su marca, restándole espacios a las delanteras azules. Michelle Olivares empezaría a anular a Rebeca, Fernanda Hidalgo leería bien las intenciones de Zamora, mientras que las centrales albas marcarían, escalonadamente, a Sonya Keefe, dejándola sin movilidad.
Pasarían 15 minutos, donde las universitarias insinuarian ataques que chocarían contra un Colo-Colo que esperaba calmadamente en su zona, llegando en forma esporádica a la portería azul. Solo un cabezazo desviado de María José Urrutia causaría algo de preocupación, a los 19'. Sin embargo, a los 21', vendría el primer yerro de la jueza Dione Rissios, de un cometido muy discreto, cobrando un penal inexistente de Olivares sobre Fernández.
A los 23', ejecuta el penal Sonya, pero en una reacción felina, al mejor estilo Tiane Endler, la portera alba Antonia Canales ahoga el grito de gol azul tras tapar el penal de la Bombardera. Ojo, no fue un penal mal ejecutado, ya que tenía mucha colocación, pero estuvo soberbia en su reacción la ex UC. Ese fue el momento clave de la final jugada en el Sausalito.
El primer tiempo seguiría con la misma característica, las azules atacando, pero sin contrarrestar a una aplicada defensa alba, mientras que el resto de las dirigidas por Luis Mena seguían esperando en su campo, bajando el ritmo de juego y cediendo la posesión del balón. Solo un remate desde fuera del área de Ana Gutiérrez, a los 35', desviado al corner en forma magistral por Canales, entusiasmó un poco el ambiente bajo el inclemente sol de Viña del Mar.
A los 44' llegaría la apertura de la cuenta. Las albas circularían el balón en tres cuartos de cancha, éste que llega a los pies de Yanara Aedo que envía un centro colocado al segundo palo, Chichi Olave que hace la pantalla, lo que engaña a la portera azul, Vanina Correa, que demora dos segundos en reaccionar, y el balón que se anida en la red. Lo dijimos, una final estrecha se dedidiria por un acierto o un error. Esta vez fue mezcla de ambas, la claridad de Aedo al acertar un centro con efecto al palo más alejado, y el grueso error de Correa, quien nos mostró un ejemplo más de su pobre nivel exhibido en canchas chilenas.
La U comenzaría a desesperarse tras el golpe asestado en su contra. A los 45'+1 saldría expulsada Yessenia López, por doble amonestación tras cometer dos faltas similares yendo al tobillo de las jugadoras contrarias y, a los 45'+4, tres futbolistas azules, Zamora, Gutiérrez y Karen Fuentes recibirían tarjeta amarilla por sus airados reclamos a la jueza Rissios (incluso Gutiérrez debió haberse ido expulsada por vocabulario excesivo al reclamar).
Al comenzar el Segundo Tiempo, Colo-Colo comenzaría a sacar provecho de su ventaja numérica, acelerando el ritmo y asociandose más en ataque para ganarle las espaldas a una defensa laica obligada a adelantar sus líneas. Isidora Olave comenzaría a erigirse como una de las figuras del partido, ganándole a Fernanda Pinilla el duelo entre ambas y causando verdaderos dolores de cabeza a la última línea universitaria.
A los 50', Universidad de Chile quedaría con dos jugadoras menos por expulsión, por doble amarilla, de Ana Gutiérrez por irle a los tobillos a Olave. Las albas vivirían sus mejores momentos, buscando aumentar el marcador queriendo aprovechar los vacíos en las líneas azules. A los 53', Yaki Vecca saca de la raya un cabezazo de Ysaura Viso y, en la insistencia, Cote Urrutia desvía de cabeza en forma increíble. A los 67', Javiera Grez aprovechó un centro desde la derecha de Olave, y con golpe de cabeza pudo haber aumentado los guarismos, pero el balón dió en el larguero.
Con los ingresos de Yusmery Ascanio y de María Francisca Mardones, Colo-Colo durmió el partido, tomando la posesión del balón y manejando las acciones. La U, ya sin Fernández ni Keefe en la cancha, ésta última por lesión, no tenía el fuelle ni la claridad necesaria para intentar una hazaña, pese a los intentos de Bárbara Sánchez o el empuje de Guerrero que se fue en ofensiva. Pese a que las albas bajaron el ritmo del partido, las dirigidas por Lucho Mena se prodigaron otras dos ocasiones de gol, ambas en los pies de Chichi Olave, a los 72' y a los 81', ésta última con un zurdazo que rebotó en el travesaño.
Pitazo final de la arbitra Rissios después de 6' de adición. La algarabía se desata en las huestes femeninas albas después de un lustro de amargura. Colo-Colo bajaba su 14° estrella, una más en su eterno firmamento. Lo mejor de todo es que, después de muchos años, vuelve a jugar la Copa Libertadores Femenina.
Recurriendo al frío análisis, podemos decir que esta fue una final áspera, apretada, demasiado tensa, mucho nervio, con dos equipos que no brindaron un buen fútbol, cayendo dentro de la confusión de ideas y de la ofuscacion, sobre todo en el caso de la U, cuando las mismas no afloraron.
Ysaura Viso ante la marca de Fernanda Pinilla. Ninguna de las dos tuvo una actuación destacada en la final.
Fue una final donde las protagonistas del torneo, las elegidas, estuvieron desaparecidas durante los 90'. Mal partido de Viso en Colo-Colo, chocando siempre contra la marca azul, incluso se le vio falta de físico, y solo tuvo una ocasión de gol. Mal partido de Rebeca en la U, totalmente controlada por Olivares, sin siquiera poder recurrir a su dribling que es su arma principal. Sonya Keefe, un partido para el olvido, no solo porque perdió el penal, sino también porque sucumbió muy fácil a la marca acertada de Fernanda Ramírez y de Anabel Guzmán, quienes se turnaron para anularla. Mal Carlos Veliz, el DT de la U nunca supo leer adecuadamente el partido, no sacó de la cancha a las jugadoras que estaban amonestadas ni supo templar los ánimos de sus futbolistas.
En cambio, tal como lo establecimos en la columna del viernes pasado, esta fue la final de las heroínas inesperadas. Fue la final de Yanara Aedo, que volvió a Chile no con el propósito de ser la estrella del equipo, sino con el fin de recuperar su fútbol, y vaya que lo está logrando, volviendo a darle un título a su institución con su gol, igual que hace 11 años en aquella recordada final ante Everton en el Clausura 2011. Fue la final de Isidora Olave, que jugó su mejor partido desde que llegó a Colo-Colo, siendo un total dolor de cabeza para la zaga universitaria, además de que le ganó el mano a mano a Pinilla. Solo le faltó a Chichi marcar su gol. Fue la final de Michelle Olivares, que tapó muchas bocas con su soberbia labor al anular completamente a Rebeca Fernández. Fue la final de Yastin Jiménez, quien se está consolidando como la mejor volante de contención del momento, en base a una mezcla de capacidad técnica, laboriosidad y personalidad. Y, por último, fue la gran final de Antonia Canales, quien, poco a poco, se está consolidando como una digna sucesora de Tiane Endler, con un par de tapadas decisivas, penal atajado inclusive, que fueron parte fundamental en el título de las albas.
El mal cometido de Dione Rissios refleja que el arbitraje en Chile está pasando por momentos muy complicados. La jueza de la final cobró un penal que solo ella vio, condicionó el partido al permitir mucha brusquedad en el juego, y no se impuso ante una jugadora que le faltó el respeto, además de verse lejos de las jugadas en forma constante.
Por último, la ANFP falló claramente en sus cálculos de llevar la final al Sausalito de Viña. Un partido tildado de Gran Final llevó solo la mitad de público de lo que se había proyectado, ya que, con suerte, habrán ido entre 7.000 a 8.000 personas cuando se esperaban 16.000 espectadores. El calor reinante, el humo provocado por los incendios forestales, y el alto precio de las entradas (hasta $22.000), conspiraron a que no llegase más gente al Estadio. En todo caso, debemos felicitar el gran comportamiento de ambas barras dentro y fuera del recinto, con una conducta ejemplar que enaltece al fútbol femenino en Chile. Sus hinchadas se dedicaron todo el tiempo a cantar y a apoyar a sus equipos, sin haber siquiera un asomo de mínima violencia.
Así se escribió el último capítulo de la temporada 2022, donde hubo cosas positivas y negativas..., pero eso es parte de otra historia.
Fotos gentileza de:
- Colo-Colo Femenino
- U.de Chile Fútbol Femenino
- campeonatochileno.cl